lunes, 4 de abril de 2011

Hoy

Vos sabés,
hay tanta abundancia
disponible ahí afuera para nosotros,
tanta oportunidad lamiendo
nuestras manos.

Pero los tiempos, igual,
son difíciles:
el aburrimiento ahora se hospeda
en todas las esquinas,
y en casi todos los bares,
y ni siquiera embriagado es capaz
de escupir una idea interesante.
Hay tanto hastío,
tanta infección en los discursos
y en las decisiones,
tanto estornudo ensordeciendo
las pasiones puras,
las horas sutilmente sensibles,
los gestos auténticos…

Por eso, vamos,
caminemos por la orilla
de esta ciudad corrupta y desangrada,
avancemos entre el aullido de las sirenas
sin impacientarnos.

Los carteles luminosos dicen
que no se pueden esperar milagros:
los perros se suicidan
tirándose como sonámbulos del puente
y los semáforos y los periodistas
intentan detenernos
compulsivamente
con las mismas advertencias inútiles.

La vida es una fugitiva, amor,
ya sabés,
no podemos esperar ingenuamente
que ella venga a buscarnos
o que la encontremos por casualidad
en nuestra plaza favorita,
tenemos que salir hoy mismo, juntos,
a perseguirla.

4 comentarios:

Nell dijo...

Debemos disfrutar de cada día como si fuera el último de nuestra fugaz vida.

paula varela dijo...

Y... Yo creo que es la mejor opción.

besos, Nell.

Ana Muela Sopeña dijo...

Muy buena poema, Paula. Me encanta la fuerza que tiene.

Acabo de publicarte en Poesía de mujeres.

http://www.poesiademujeres.com

Dentro de 3 semanas o algo más te publicaré si vos querés otro poema.

Besos
Ana

paula varela dijo...

Mil gracias Ana, por tu tiempo y por incluirme en tu selección. Y sí, con mucho gusto podés publicar otro poema en 3 semanas. Qué te parece este mismo?
Besos